jueves, 7 de octubre de 2010

La vida cotidiana

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Cuatro meses sin publicar nada parece mucho tiempo. No es que haya dejado de pintar. Más bien creo que es la sensación de que el tiempo se me pasa volando la que me impide dejar de trabajar y reunir la paciencia necesaria para sentarme unos minutos frente al ordenador, colgar alguna foto y escribir algo que la acompañe. Mi vida cotidiana es pintar…no hago otra cosa, pinto mientras pienso en tres o cuatro posibles ideas para lo que pintaré cuando acabe lo que tengo entre manos. Muchas veces esas ideas son imágenes poco adecuadas como motivos, o dicho de otra manera, poco comerciales, pero mi vista y mi interés se posan en ellas porque en ellas reside algo escondido que para mi las hace bonitas y familiares. Me gustan. Son caprichos. Estas nacen de esos lujos cotidianos que nos permitimos cuando la jornada ha acabado y se saborean de manera especial. Un café en un bar un domingo por la tarde…unas bolsas de basura en un portal paseando de regreso a casa. Creo que hay una belleza escondida en esas cosas, tan pequeñas y tan comunes, tan grandes e importantes.