martes, 24 de marzo de 2009

Introducción

A lo largo de la historia, desde los tiempos más remotos, existen artistas que han especulado en su creatividad con todo lo que les rodeaba, ya fueran personas, objetos o paisajes...la plasmación de estos elementos adquiría un sentido artístico cuando se lograba transportar algo cotidiano a una dimensión superior, a unos parámetros que tienen que ver con la belleza y con lo mágico, con una autonomía tal que tuviera sentido en sí misma. A su vez, me gusta considerar la figura del pintor como la de un cronista visual de su tiempo y un espejo donde poder adivinar sus inquietudes, las de su época y las de la sociedad en la que crea y vive. Su personalidad y motivaciones, sus deseos íntimos e incluso sus manías o fobias se hacen tangibles por medio de su labor creadora y libertad de expresión.


Este proyecto persigue continuar, ahondar si se prefiere, en la linea de trabajo que vengo desarrollando hace algunos años, donde el motivo de mi pintura parte del mundo cotidiano que me rodea. Son objeto de mi interés, de un lado, la figura humana, entendida como el retrato de mi sociedad y de mi circulo intimo, donde cada personaje esconde una historia, que a veces cuenta y otras omite, a veces tan ambigua que permite al espectador imaginar un contexto, un antes y un después para esa imagen. Es como establecer un juego entre mi imaginación y la del espectador, en un dialogo que conduzca la actividad creadora y propicie una reflexión estética y conceptual. En muchas ocasiones me sirvo de los títulos de mis obras para enfatizar o dirigir esta comunicación. De otro lado, aparece lo urbano, y lo industrial…bajo el polvo y el humo, el acero y el cristal duermen almas, como un reflejo que se esconde y vaga entre el cemento, como un gusano por el suelo y el subsuelo de la urbe. De entre todos los elementos de nuestro mundo contemporáneo, es la Ciudad y su estética, la multitud de elementos anonimos y olvidados, donde apenas nadie detiene su mirada, o la historia que como actores en ella interpretamos, el escenario objeto del hecho plástico de esta antigua creatividad artística que supone el ejercicio de reflejar de manera innegable lo que somos. Alguien decía que aquello que a diario nos envuelve, es lo que mejor nos retrata y nos define.



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"Victoria, o las nanas de la naranja". óleo sobre lienzo. 146 x 146 cm. 2008. aaaaaaaaaaaaaa"Naturaleza construida" óleo sobre tabla 120 x 115 cm. 2008.